Ya hablamos hace un tiempo del concepto de calidad. En esta ocasión vamos a profundizar en ese concepto y hablaremos de la calidad en la empresa.
Un sistema de calidad es una filosofía de trabajo mediante la cual toda la plantilla diseña, desarrolla, fabrica, vende, presta un servicio postventa, etc. sobre unos determinados productos para satisfacer a un cliente.
Los sistemas de calidad son diferentes para cada empresa, estando sometidos a continuos cambios para adaptarse a las necesidades de cada momento. Es decir, cada organización debe buscar el sistema que mejor se adapte a sus requerimientos.
Las empresas, cuando implantan un sistema de calidad, lo hacen buscando una herramienta que permita optimizar todos los recursos y alcanzar los objetivos planificados. Esto es, el sistema de calidad no debe cambiar la «razón de ser» de la empresa (lo que se denomina misión, visión y valores de la organización).
Básicamente, los objetivos estratégicos de toda empresa, y por cuya consecuencia el sistema de calidad se implanta son dos:
- Satisfacer al cliente proporcionándole productos o servicios con las características que él desea.
- Minimizar costes, con lo cual los productos o servicios de la empresa serán más competitivos.
La implantación de un sistema de gestión de la calidad implica considerar los siguientes puntos:
- Objetivos generales de la implantación del plan de calidad.
- Métodos elegidos para lograr el sistema de calidad.
- Actuación prevista para cada implicado en la implantación.
Por lo tanto, con unos objetivos de calidad bien determinados y fijados, con un método adecuado y con las asignaciones a cada miembro de la organización, la empresa conseguirá implantar un Sistema de Gestión de la Calidad.